miércoles, 10 de agosto de 2011

Ciencia y Religión en la NASA

por: Daniel Guerrero

Iván Ramírez ha dedicado su vida a la investigación, es ingeniero mecánico, espacial y astrónomo. Sin embargo Dios ocupa un lugar que nunca imaginó tendría en su vida.


Desde hace más de dos décadas se fue para Estados Unidos persiguiendo su sueño, ser astronauta. De su natal Colombia se salió con el título de Ingeniero Mecánico de la Universidad Nacional debajo del brazo. En medio de su afán por adquirir conocimiento quería comprobar que Dios no existe, y desde la NASA pretendía probarlo. Tras muchos años de estudio e investigación terminó por convertirse en un fervoroso creyente.



En los Estados Unidos recibió dos diplomas, el primero el de Ingeniero Espacial, el segundo fue como Astrónomo. Durante muchos años se dedicó a estudiar, hasta que en marzo de 1996 la empresa Boeing Satellite Systems lo invitó a participar de un proyecto que se gestaba. Su primer desafío fue trabajar en la preservación de los satélites de comunicación, los cuales eran deteriorados por el calor del sol. Pasó por la planeación de misiones, entre ellas la Atlantis y Columbia, sin embargo la venta de satélites se redujo lo que conllevó a que mil 200 empleados entre ellos Iván Ramírez salieran de la compañía.


Pero ese no era el momento en el que se debía devolver para Colombia, casi que de manera inmediata encontró el camino para acercarse al objetivo final de ser astronauta “como Dios es muy grande, ya tenía el siguiente trabajo para mí. Coincidencialmente otra división de la Boeing estaba trasladando todo el apoyo de ingeniería de los transbordadores espaciales de Los Ángeles a Houston. De modo que pude entrar a trabajar con este increíble vehículo.”


En ese punto comienza su rol en las expediciones de los transbordadores de la NASA, principalmente tuvo participación en el Atlantis, el cual aterrizó en la tierra por última vez el pasado mes de julio. En 2003, cuando apenas llevaba unos meses cooperando para la NASA se produjo el accidente del Columbia, allí murieron 7 astronautas a los que conocía. Lo peor fue que desde ese momento se tomó la decisión de terminar con las expediciones de los transbordadores. “Los días siguientes al accidente fueron terribles, toda la información se manejaba con recelo, se trataba el tema como “un crimen” nos pedían que cualquier análisis que pudiera servir para establecer las causas del accidente fuera contemplado”


El Columbia no fue el único momento de riesgo en su experiencia con la NASA. La flotilla de los transbordadores tuvo un problema en las tuberías de hidrogeno líquido. Aparecieron unas grietas y se prohibió que los Transbordadores volaran hasta no hallar la causa. Los medios colombianos nunca lo registraron, pero por esos días la empresa aeroespacial más importante y reconocida del mundo giraba en torno a un colombiano. “Yo había heredado un programa de computador que calculaba las presiones antes que la turbo-bomba de hidrogeno lo hiciera, y hasta que esto no se solucionara existía el riesgo de que el motor que daba pie a la propulsión de los cohetes estallara provocando daños irreparables en el resto de la nave. Los analistas de estructuras necesitaban mi información. Dado que el programa se había escrito en los años 80 yo tenía que verificar si aún servía y era válido. Fueron tres meses muy estresantes en los que tres centros de la NASA estuvieron pendientes de mi información. Se encontraron formas de resolver el problema y volvieron a volar”.


Para el ingeniero Ramírez es triste que el Atlantis no vaya a volver a volar. A su juicio es una nave que aún le puede aportar mucho a las investigaciones que están en proceso. Esta decisión aleja del todo el sueño que albergó. En 1999 se hizo ciudadano estadounidense, esto con el fin de presentarse como aspirante para astronauta, entre 5200 personas logró llegar a los 120 finalistas, pero “Para ese entonces había empezado a desarrollar presión arterial alta. Esto me frenó para lograr lo que añoré desde los 13 años, cuando con una copita de vino yo brindaba frente al televisor que mostraba a Neil Armstrong pisar la Luna. Me había prometido seguir mi sueño de ser Astronauta.”


Los Transbordadores cumplieron su ciclo, sin embargo el trabajo de este colombiano sigue siendo muy importante para el futuro de las nuevas expediciones. El viernes 5v de agosto Iván Ramírez hará parte del equipo de la expedición Juno, la cual dirige otra colombiana, esta operación intentará llegar a Júpiter desde donde enviará imágenes a la tierra.


Hasta el 2030 estará a cargo de los cohetes de la nave que irá a Marte en busca de vida. De la efectividad de su trabajo depende que el despegue desde la Tierra, y el aterrizaje en el planeta rojo sea exitoso. Mientras ese día llega seguirá cultivando su alma desde la religión y su mente desde la ciencia.

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