martes, 20 de septiembre de 2011

Problemáticas de los trabajadores de transporte urbano

por Diana M Salazar M

La principal dificultad que tienen los conductores de Transmilenio, taxis, buses, busetas y colectivos es la inseguridad que se presenta en algunas rutas donde se mueven. Otros problemas son la sobredemanda y la restricción vehicular.

En Bogotá circulan 52.325 taxis, 17.709 busetas y 1.229 buses de Transmilenio. Sin embargo los robos, las jornadas de trabajo, el Pico y Placa y la movilidad en la ciudad se han convertido en la preocupación de muchos conductores de la capital.

La situación de los taxistas

Para Uldarico Peña, representante legal de Taxis Libres, son tres los puntos que afectan el trabajo de los conductores de taxis: el Pico y Placa, la piratería y la inseguridad.

“Hoy no hay sobreoferta de taxis en Bogotá, hay sobreoferta de usuarios, por eso no se consigue un taxi en las horas pico debido a que el 20 % tiene Pico y Placa. Actualmente estamos en conversaciones con la Alcaldía y la Secretaría de Movilidad para levantarlo y así prestar un mejor servicio y disminuir la piratería”, recalcó Peña.

Asimismo los carros y camionetas blancas particulares, los buses escolares, motos y bicicletas son algunos de los medios de transporte no autorizados para transportar personas ya que la sobre oferta de pasajeros ha hecho que los ciudadanos acudan a estos servicios. “Es por esto que solamente se está prestando el 55% del servicio y se está perdiendo el 45% en la piratería”.

Peña agregó que otro problema es la infiltración de personas en el medio que buscan robar y atracar, esto sólo disminuirá si los usuarios toman medidas como llamar siempre a los servicios de taxis, revisar la información del conductor y las placas que se encuentran en varios lugares del vehículo (techo o las puertas laterales) “pues la seguridad no es solamente de los taxistas sino de los usuarios de transporte público”.

Igualmente mencionó que han disminuido los asesinatos a los taxistas. Hace ocho años morían tres conductores cada semana, hoy gracias a la red de apoyo que existe con la Policía Nacional, 35 mil carros pueden comunicarse con las centrales de las empresas prestadoras de estos servicios que cuentan con la presencia de un policía siempre. Actualmente sólo se roban algunas piezas de los autos como radios, frontales y herramientas, según el patrullero Juan Rivera quien trabaja en el CAI de la Candelaria.

Lo que pasa con los conductores de buses

En el caso de Martín Garzón, conductor de bus de Cotransmisa, es otra la situación debido a que casi nunca hay un policía en ciertas zonas. Sin embargo el patrullero Rivera aseguró que “sí hay policías, lo que pasa es que los ladrones siempre están mirando las zonas donde estuvieron patrullando y en un momento determinado roban a los conductores de buses, siempre están analizando cuál es el mejor momento para cometer estos delitos”.

De acuerdo con Rivera, los lugares más peligrosos son las rutas que pasan por las lomas o barrios que están ubicados en la parte alta de la ciudad. Algunas de estas son: San Cristóbal Sur, San Blas, Juan Rey, Ciudad Bolívar, Danubio, Lucero Alto, Alfonso López y Santa Librada.

Para contrarrestar estos hurtos los conductores han tomado otra clase de medidas para protegerse, como tener palos o machetes pero la Policía los ha desmantelado debido a que pueden poner en riesgo la vida de los pasajeros. Esto también es consecuencia de que “cada veinte cuadras hay un policía y no existe ningún tipo de programa de seguridad para los buseteros”, reiteró Garzón.

Por otro lado, otros buses han empezado a implementar soluciones como colocar en la parte trasera del vehículo una luz que alerte a los demás compañeros cuando están siendo víctimas de un asalto, aseguró Javier Pinilla, quien trabaja en Cootrasmisa Limitada como conductor.

Pero no solamente es la inseguridad en las calles lo que afecta a los conductores, también las largas jornadas de trabajo se vuelven una constante en esta labor. Javier Pinilla y Martín Garzón salen a las 4 de la mañana y regresan a sus hogares entre 7 y 11 de la noche de domingo a domingo.Esto se debe a que en las empresas firman un contrato que les permite ganar un salario mínimo pero con la condición de cumplir extensas horas conduciendo un bus debido a que su trabajo es por medio de cuotas, manifestó Pinilla. “Lo malo es que no se ha podido establecer un salario fijo en comparación con los trabajadores de Trasmilenio ya que no todas las empresas tienen una buena organización” concluyó Garzón.

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