domingo, 2 de octubre de 2011

El problema del empleo en Colombia

Por: Paula Fuentes

Un ambiente de tranquilidad y confianza se respira por estos días en el gobierno de Juan Manuel Santos la razón: el DANE en el último balance anunció que el desempleo había disminuido del 11,2% a un 10,1% en el mes de agosto de 2011 ¿Pero cómo afectan estas cifras a los colombianos?

A pesar de la compleja crisis económica internacional, las finanzas del país se han comportado bien y han crecido paulatinamente durante el último año. Según el DANE: “En agosto de 2011 la tasa global de participación (TGP) fue 62,7%, la tasa de ocupación 56,4% y la tasa de desempleo 10,1%.”. Esto indica que en este mes 9.650 mil personas estaban ocupadas y  la población desocupada llegaba a las mil ciento diecinueve mil personas. La población económicamente inactiva, en otras palabras, la tercera edad, los estudiantes, los niños, y la población vulnerable, ascendía a las  5.605 mil personas

A estas cifras se le suma la tasa de subempleo que es de nueve mil cuatrocientos sesenta  mil personas, de los cuales cerca de 12.8% quieren cambiar su situación de desempleados y hacen algo por que esto cambie mientras que el 30.2% no aspiran a otra cosa que quedarse tal como están, es decir, no hacen nada para generar un cambio en su situación.

Según esto, las cifras del desempleo decayeron mientras que las del subempleo aumentaron ¿cómo puede ser esto posible?, según el analista económico Raúl Rodríguez Puerto “La tasa del desempleo en Colombia se redujo en el último año y esto  es el resultado de la reactivación económica de algunos sectores como lo son la industria, la ganadería y la agricultura. Sin embargo, desde mi punto de vista ese no es un reflejo totalmente objetivo, ya que en gran medida la caída de la tasa de desempleo obedece a que hay más informalidad”.

Los jóvenes y la Ley del Primer Empleo

Uno de los sectores más vulnerables frente a este tema son los jóvenes pues la tasa de desempleo de esta población en el trimestre junio-agosto de 2011 fue del 21,8%, aumentando en cuatro puntos (21,4%) en el mismo periodo del año pasado.

Para tratar de subsanar esta situación, el entonces candidato a la presidencia por el Partido Liberal Rafael Pardo Rueda, propuso en 2010 crear una “Ley del Primer Empleo” que tendría como objetivo incentivar a las empresas con un descuento en el pago de los parafiscales en los impuestos de renta para que así contrataran a jóvenes, mujeres de 40 años, madres cabeza de familia, personas con discapacidad y desmovilizados.

La ley fue sancionada por el presidente Juan Manuel Santos el 30 de diciembre del año pasado pero como asegura Stefano Farné, director del  Observatorio del Mercado de Trabajo y la Seguridad Social de la Universidad Externado de Colombia, “todavía no hay herramientas para evaluar la efectividad de esta ley aunque una cosa es evidente y es que el índice de informalidad no ha bajado por lo que para este economista, esta ley  no va a tener efecto sobre las poblaciones vulnerables que pretende cobijar”.

“Una política de empleo no es efectiva cuando genera empleo, es efectiva cuando genera empleos adicionales. Por eso estas leyes, que son políticas activas de mercado de trabajo, son indispensables y todos los gobiernos hablan de ello pero a la hora de la verdad generan muy pocos empleos adicionales a los ya existentes. Con estas leyes puede que se mejore el sistema de empleabilidad de la gente pero no se va a solucionar el problema de fondo que es el desempleo”, explica Farné.

Otras personas, como el candidato a la alcaldía David Luna apoyan la iniciativa del Primer Empleo: “No estoy de acuerdo con esa tesis económica, es un proyecto que está generando empleo y adicionalmente generándolo hacia los jóvenes para que éstos tengan más posibilidades de acceder a él. En leyes exitosas como éstas también han gente de otras corrientes políticas o académicas que tratan de desprestigiarla”.

Mientras el Gobierno celebra y los analistas observan con lupa el curso de la economía y el mercado laboral, lo que es cierto es que más jóvenes salen de las universidades para conseguir empleo pero son pocas las  posibilidades de obtener uno bien remunerado. “Mucha gente especialmente los jóvenes desistieron de buscar empleo y se sumaron a la informalidad y la tasa de desempleo no incluye la informalidad. Si usted analiza la tasa de desempleo baja pero la tasa de subempleo sube”.  Afirma Rodríguez.

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